Volvo está apostando fuerte por ofrecer a su clientela una alternativa ecológica a cada uno de sus modelos. Esta estrategia es común en la mayoría de marcas en la actualidad, pero es algo más complicado de ver en el segmento de berlinas premium, como ocurre con el nuevo motor para el V70 y el S80.

Este motor Diésel tiene una potencia de 109 CV, algo escasa para lo que se demanda hoy en día para el segmento, pero que tiene como contrapartida el ahorro del impuesto de matriculación por sus 119 gr/km de CO2 emitidos, un consumo medio homologado de 4,5 litros y el hecho de saber que es un coche eficiente y respetuoso con el entorno. Además los cálculos de Volvo indican que la el ahorro en combustible será de 60 litros por cada 15.000 km que recorra el vehículo.

La decisión de llevar la etiqueta DRIVe a sus berlinas más grandes supone según Stephen Odell, Presidente y Consejero delegado de Volvo Cars, “la demostración de que son pocos los competidores que pueden igualarnos a la hora de ofrecer a los clientes vehículos cada vez más ecológicos”.

Los desarrolladores de motores de la marca sueca han introducido dos mejoras para reducir el consumo de emisiones. Por un lado un nuevo sistema de recarga de la batería, que sólo permite que el alternador trabaje en condiciones de funcionamiento a baja carga. Por otro, reduciendo la fricción existente entre la correa del alternador y el compresor de aire acondicionado. Ulf Nordström, director técnico del proyecto en Volvo Cars ha comentado respecto al trabajo con el motor que “es como si ofreciéramos al conductor normal un depósito de combustible gratis al año”.

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