Es el quinto año que Bridgestone Europa realiza su estudio de estado de neumáticos en todo el continente y los datos no son nada positivos. De los 52.400 vehículos comprobados en 2009 ocho de cada diez circulaban con al menos un neumático con la presión incorrecta, el 26% lo hacía con alguna de las gomas al menos 0,5 bares menor que lo recomendado y un 7% con 0,75 bares menos, lo que se considera extremadamente peligroso.
Otros datos que se han revelado han sido por ejemplo que el 16% de los neumáticos tenían una banda de rodadura inferior a 1,6 mm, el mínimo legal; que el 26,5 % de los conductores consumen significativamente más combustible por el mayor esfuerzo de los neumáticos a la hora de rodar o que el 3% de los neumáticos durarán la mitad de su vida útil por estas malas prácticas.
En términos económicos la no comprobación de la presión de los neumáticos se calcula que puede llevar a un despilfarro al año de 7.700 millones de euros en toda Europa, entre mayor consumo de combustible y recambio prematuro de los neumáticos. En cuanto a la seguridad hay datos que afirman que circular con una banda de rodadura por debajo de lo legal aumenta un 40% el riesgo de sufrir aquaplanning entre otras circunstancias similares.
La marca japonesa recomienda comprobar la presión de las gomas cada dos semanas, y para los más filántropos la compra de neumáticos ecológicos de menor resistencia a la rodadura, reduciendo las emisiones de CO2.