Visita a los museos de Loheac y Le Mans | Auto Sprint

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Museo Loheac

Las vacaciones son una buena ocasión para unir el ocio con las aficiones, y con la tranquilidad del periodo estival, visitar museos. Los apasionados por los coches tenemos mil y un sitios mejores que escoger frente a los destinos habituales de sol y playa. Francia es un pequeño paraíso sin palmeras, pero con excelentes museos del automóvil. Hoy nos centraremos en dos situados en la Bretaña, Loheac y el de Le Mans, ambos nos llevaron con mucha nostalgia a los albores del automóvil, a esos tiempos donde el ingenio, el estilo y la artesanía primaban sobre la robótica, la eficiencia y la estandarización.

Por: David Herranz

Museo de Loheac

Este pequeño pueblo de apenas 800 habitantes ha sido capaz de tener uno de los mejores museos de Francia y un circuito donde se disputa el Campeonato del Mundo de Rallycros, especialidad a la que ha estado ligado durante décadas. Con 15.000 m2 de exposición, más de 400 vehículos y unas cincuenta motocicletas, estas cifras ya nos indican que podemos encontrarnos dentro. Muchos de estos coches pertenecen a pequeños coleccionistas privados, que los ceden al museo para su exposición y cuidado, para el disfrute de todo el mundo, algo que en España se nos antoja imposible se llegase a producir, al menos en estas magnitudes.

Museo Loheac

Museo Loheac

Se inicia el recorrido con los coches más antiguos, teniendo este honor varios construidos a finales del siglo XIX, a medio camino aun entre el carruaje de caballos, y pequeñas maquinas de vapor. Recién iniciado el siglo XX, veremos bastantes coches de fabricantes franceses como De Dion, Delage, Citroën y Renault, incluido su famoso modelo AG utilizado como taxi y con el que el gobierno francés trasladó a muchos soldados al frente durante la primera guerra Mundial.

El siguiente grupo que veremos es uno de los más destacados, la mejor colección de Alpine del Mundo, con todas la versiones imaginables desde los 108 hasta los A310, y un A210 utilizado en Le Mans. Junto a ellos, reunidos varios de las 24 Horas, no muchos, pero si podemos destacar un Jaguar XJR/11 de 1990, un Courage C36 y otro C41 y un Peugeot 908.  Sin abandonar las carreras, llegaremos a la sección preferida para los amantes de los rallyes, la destinada a los Gr.B, y en la que no falta ningún representante de los utilizados por las marcas oficiales, teniendo reservado un lugar de privilegio el Campeón del Mundo de aquellos locos años de 1985 y 1986, el Peugeot 205 T16 ex – Bruno Saby, que posa orgulloso junto a su motor. Reunidos en un espacio demasiado angosto y oscuro, están los Lancia S4 y 037 de Martini, un Metro de Didier Auriol, un RS 200, un Audi Quattro S1 y el menos utilizado y catastrófico, el BX 4TC. Con un 308 GTB ex – Andruet, en otra zona del museo, un Nissan 240 RS y el Maxi Turbo oficial de Carlos Sainz, dato discutido por varios expertos, se cubre los coches de tracción de trasera del mítico grupo. Faltaría para completar la baraja coches como el Mazda RX7, Opel Manta 400, R5 Tour de Corse o el Audi Quattro A2, pero me imagino que con el tiempo podría llegar a completarse.
Casi en el extremo de las configuraciones europeas para coches de competición, veremos dos vehículos americanos 100 %, para mí era la primera vez que podía ojearles en directo, un Dragster de 2.500 Cv. y una moto  “Top Fuel Bike” de 800 Cv.

Museo Loheac

Museo Loheac

Las siguientes salas están repletas de maquetas a todas las escalas imaginables, antiguas maquinas de taller, insignias, carteles, rótulos luminosos, surtidores y todo tipo de objetos relacionados con la historia del automóvil, antes de llegar a la reservada para la Formula 1. Dispuestos a modo de parrilla, el periodo que comprende es relativamente pequeño de 1980 a 1997, partiendo de un McLaren M/29 y un AGS, hasta los Benetton – B197 y el Williams de Villeneuve que ocupaban las dos primeras posiciones en la ficticia formación de salida. Entre estos coches destacan los utilizados en la primera época Turbo, Renault RE60 de Tambay, el McLaren MP 4/5 de Prost y Lotus-Honda de Piquet. Con menos brillo que estos pasaron por el mundial otros allí presentes el Prost F1, el Osella FA18,  el Ligier JS 37 o el AGS JH22. Arropando a todos ellos, veremos en los laterales diversas piezas de los coches, monos y fotos de varios con su palmarés y algunos objetos que les pertenecieron.
Los pasillos, halls y salas más amplias se van sucediendo casi infinitamente, con coches de todas las épocas agrupados por marcas como Alfa Romeo, Fiat, Porsche, Rolls Royce, Lotus, Volkswagen, Renault, Citroën, Maserati…,  y un nutrido grupo de coches americanos de mitad de siglo XX. No echaremos casi ninguna en falta.  Son de destacar los rincones de Lamborghini, presididos por un Miura, Ferrari, con sendos F40 y 288 GTO, todos los modelos descapotables de Peugeot de la historia, numerosos anfibios y una bonita sección de furgonetas y camiones industriales con diversos dioramas. Sorprende también ver reunidas cinco unidades de las revolucionarias motos ELF-Honda con las que se batieron diversos records a medidos de los ochenta, gracias a su chasis carente de suspensiones tradicionales y una cuidada aerodinámica.
Como era de esperar la sección de Rallycros está a la altura del resto, tan espectaculares sus coches parados como funcionando, tienen un lugar destacado en la exposición. Casi al final de ella, podremos ver un pequeño set con coches del Paris – utilizados por pilotos franceses y una sala de proyección con diversas imágenes de circuitos y copas de promoción francesas. El recorrido medio es de unas tres horas, pero da la sensación de hacerse corto, de haberse perdido muchos detalles y con ganas de repetirlo de nuevo en cuanto pueda surgir la ocasión.

F1 en el Museo Loheac

F1 en el Museo Loheac

Museo de Le Mans

Pocos sitios tienen tanta historia como el circuito semi permanente de la Sarthe, con más de 13 Kms. de recorrido y donde se han disputado las mejores carreras de resistencia del Mundo desde 1923, con muchos momentos de gloria, pero también otros de tragedia. Solo la segunda Guerra Mundial impidió su celebración, durante ocho años, pero no pudo con su espíritu, que se fue adaptando con el paso de los años y así estar dentro de las reglamentaciones federativas actuales, perdiendo desde hace ya muchos años su espectacular salida con los montándose a la carrera para salir a competir, o fijarse un número máximo de horas para cada uno de los pilotos del equipo. Lo que no ha cambiado es la magia de su noche, las ingentes cantidades de público que acuden cada junio al trazado, hasta 175.000 personas se llego a contabilizar en 1990, y su alta velocidad media.
Las instalaciones rozan la perfección, pulcritud y organización, son dos de sus virtudes a destacar, y aunque el espacio reservado para los coches de competición no defrauda, se nos hizo corto respecto al total del museo, cuya entrada está presidida por la colección a 1:43 de todos los coches ganadores. El recorrido comienza con un paseo de la fama donde encontraremos a los nombres que hicieron grande esta carrera, como Amadee Gordini , Henry Ford II, Ferry Porsche, Enzo o de la talla de NuvolariHenri Pescarolo, Bell, Ickx y el recordman de la prueba, con siete victorias, Tom Kristensen todos junto a su biografía y fotografía tienen algún objeto histórico.  El actor Steve McQueen, como gran protagonista de la película “Le Mans” y apasionado de los coches, tiene también su hueco en esta primera zona. Una gran maqueta del circuito con todos los detalles del recorrido, y las modificaciones establecidas años atrás, sobre todo las chicanes en la  gran recta de Les Hunnadiers donde se superaban los 400 Km/h. nos da la perspectiva adecuada de las dificultades del circuito. Las siguientes salas, están reservadas para los coches de todas las épocas, predominando lógicamente los fabricantes franceses. Entre todos ellos destacan el Dino Prototipo 206 GT Pininfanirina de 1965 y el Guy Cisse, ambos ejemplares únicos de valor incalculable. Tras pasar por algunos dioramas con oficios relacionados con los primeros años el automóvil, coches de principio de siglo, nos adentramos en la sección de competición. Ordenados cronológicamente, los primeros en aparecer son los protagonistas de las ediciones iniciales, el Chenard – Walcker, Bentley 3 Litros y el Lorraine – Dietrich de los años posteriores, en el que ya podemos ver un sistema de ajuste de dureza para las ballestas. Ambientado con fotos, carteles, cascos o monos antiguos, se avanza por los modelos pre – guerra mundial como el monstruoso Bentley de 6.5 Litros, que casi duplicaba en tamaño a sus rivales Alfa Romeo 8C, Bugatti o Delage. Las dos siguientes décadas están representadas por el Ferrari 166 MM ganador en 1949, varios Panhard, Lotus, Simca, Renault o Jaguar Type D.

Museo Le Mans

Museo Le Mans

Los años 60 estuvieron protagonizados por los duelos entre y Ford, dieron gran repercusión a la prueba, aunque solo un Ford GT 40 ilustra aquellos, las ausencias las cubren un rival natural de ellos, el Porsche 904/4 GTS y un Alpine A210 1.500. Los Grupo C fueron los utilizados en los 70 y 80, y partiendo del Porsche 917, también están el Jaguar XJR, el Porsche 962C, Peugeot 905 y el Mazda 787 B de motor rotativo, faltando para completar la baraja de marcas  un Sauber C9. El final de siglo XX, no se recordará como la mejor de las épocas para las 24 Horas, y son pocos los coches que encontraremos. Con la llegada de Audi, un poco más tarde Peugeot, y la difusión de Eurosport, volvían los buenos tiempos, y aunque la marca alemana arrasó desde entonces hasta nuestros días, en el 2003 se tomo un respiro y, Bentley podía regresar de forma triunfal con su modelo Speed 8, que podremos ver allí.

Museo Le Mans

Museo Le Mans

Para los aficionados españoles, merece la pena detenerse en el Peugeot 908 con el que Marc Gene ganó la edición de 2009, rompiendo por fin la hegemonía de los Audi R10, el único de nuestros múltiples representantes que consiguió ganar en la máxima categoría, quedando a las puertas Jesus Pareja, Fermín Vélez o Emilio de Villota. Si lo consiguieron en categoría GT, Antonio Garcia y formando equipo en 1994, Jesus Pareja y Carlos Palau, cuyo Porsche GT2 allí presente tenía un grave error de rotulación en sus nombres, que no lucia la unidad utilizada en la prueba.
Con un amplio salón dedicado a Matra y sus cinco coches expuestos, se termina la vista que debería tener un mínimo de dos horas para saborear con calma todo lo allí reunido.

Web: www.lemusee24h.com
Precio de la entrada adultos 8,50 €

Museo Le Mans

Dino en el Museo Le Mans