C1, el urbano de Citroën | Auto Sprint

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El vehículo más pequeño de Citroën, el C1, sufrió a finales de 2008 un rediseño en su parte frontal que le ha sentado de maravilla. El conjunto presenta ahora un acabado más dinámico y contemporáneo, acentuado con el trabajo en los embellecedores de las ruedas. El coche está disponible en carrocerías de tres y cinco puertas, con un nuevo acabado Exclusive que aporta más calidad al interior y dos opciones de motor. El 1.0 de gasolina de 68 CV y el Diésel 1.4 de 54 CV equipan cambio manual de cinco marchas, aunque es posible montarlo automático en las versiones más potentes.

Por: David Herranz

Compacto y funcional. Son las palabras que definen al Citröen C1, la apuesta de en el segmento de los coches pequeños. Este modelo nació en 2005 gracias a un acuerdo con y , marcas que tienen en el 107 y el Aygo modelos análogos al que nos ocupa.

El C1 modernizó en el diseño de su frontal (con elementos cromados en las versiones más equipadas), más musculoso, e incluyó alguna nueva opción de equipamiento a través del  acabado Exclusive (tapicería y pomo del cambio en cuero y alcántara). Por lo demás sigue idéntico a cuando se presentó. Sus 3,43 metros de longitud no impiden que cuente con una versión de 5 puertas, y sus prestaciones son suficientes para la conducción en ciudad, aunque algo más apuradas para la carretera.

El apartado dinámico ha sido simplificado para disfrutar del coche con el menor coste posible. El C1 tiene únicamente dos alternativas de motor, uno propulsado por gasolina que rinde 68 CV y un Diésel Hdi de 54 CV. Sus modestas pretensiones los hacen compatibles con usuarios que utilicen el coche como medio de transporte más que como una diversión. En ciudad ambos motores se manejan con solvencia por el reducido peso del C1. Sin embargo en carretera salen a relucir sus limitaciones, necesitándose grandes regímenes para cualquier maniobra de aceleración y demostrando que su estabilidad es mejorable. Su dura suspensión unida a la ausencia de control de estabilidad (el 107 y el Aygo si lo incluyen opcionalmente) no le sitúan entre las mejores opciones para largos viajes, cosa que dicho de paso probablemente no pretenda.

La facilidad de conducción en ciudad es por tanto la gran virtud del coche, la cual se puede aumentar si se equipa el cambio automático Sensodrive, disponible en el acabado Audace con el gasolina. El consumo y emisiones son reducidos como es habitual en Citroën. El 1.0 de gasolina consume apenas 4,5 litros a los 100 de media según datos homologados y emite 106 gr/km de CO2, beneficiándose de las ayudas fiscales existentes. Un Diésel con máximo equipamiento apenas supera los 11.000 euros, por lo que es una alternativa atractiva para noveles y asequible para todos los bolsillos.

Más información en la web de la marca.